Plasma Vaginal

El plasma rico en plaquetas (PRP) es una técnica en medicina regenerativa que utiliza las propiedades curativas del plasma y las plaquetas del paciente. Para obtener el PRP, se extrae una pequeña cantidad de sangre del paciente y se somete a un proceso de centrifugación para separar sus componentes.

El PRP se emplea para tratar la sequedad vaginal, mejorar la elasticidad y firmeza de los tejidos, y favorecer la cicatrización después del parto. 

El tratamiento con PRP es seguro y poco invasivo. Al emplear el plasma y las plaquetas del paciente, se elimina el riesgo de reacciones alérgicas o rechazo. 

Una de las ventajas del tratamiento con PRP es su capacidad para integrarse con otras técnicas de medicina regenerativa, amplificando sus efectos. Se ha empleado junto con el tensado íntimo láser y aclaramiento, logrando resultados aún más óptimos. Esta combinación de técnicas permite abordar de manera integral la sequedad vaginal y mejorar la calidad de vida de las pacientes.

• Trastornos hematológicos y de coagulación: Las personas con estos trastornos pueden tener un mayor riesgo de complicaciones durante el tratamiento con PRP. 
• Fiebre o infección en el área de aplicación: Si el paciente tiene fiebre o una infección en la zona donde se aplicará el PRP, es necesario posponer la sesión hasta que se recupere completamente.
• Enfermedades infectocontagiosas o tumorales: El tratamiento con PRP no es adecuado para personas con enfermedades infectocontagiosas o tumorales, ya que estas condiciones pueden interferir con la regeneración y aumentar los riesgos.
• Enfermedades autoinmunes o inflamatorias: Las personas con estas enfermedades pueden tener un mayor riesgo de complicaciones durante el tratamiento con PRP. 
• Medicamentos antiinflamatorios: El uso de estos medicamentos puede reducir la efectividad del tratamiento con PRP. Se recomienda suspender su uso al menos una semana antes de la sesión para maximizar los beneficios.